miércoles, abril 29, 2015

De representantes... que no representan...

En estos días se promulga la nueva ley electoral en Chile que reemplazará la del binominal. Esta se encargaba que, sin importar el resultado de la elección, siempre se eligiera a un candidato de cada vereda política, separando al país es dos. Izquierdas y derechas.
En un país polarizado como el nuestro, este sistema garantizaba un empate que mantenía el estatus quo, dando las garantías que no se podría cambiar cosas relevantes de la constitución impuesta en el gobierno militar, con quorums fuera imposibles de lograr. Bueno, salvo que todos se pusieran de acuerdo. Pero en temas mas complicados, el binominal fue muy eficiente en no generar nunca mayorías que pudieran alcanzar dichos quorums.

El nuevo sistema es por cifra repartidora que en fondo reparte los escaños entre los partidos o listas mas votadas. Si bien no es un sistema proporcional, ayuda en parte a que se generen nuevas fuerzas políticas, porque ahora cualquiera podría ganar por votos.
Lo que no gusta es el aumento sustancial del número de escaños, principalmente por los ingresos que perciben estos mal llamados "honorables". Ingresos que resultan un insultantes a quienes perciben un ingreso mínimo.
Según datos de Ciper Chile publicados en el 2014, los parlamentarios Chilenos no solo son los que ganan más de la OCDE en términos netos, sino que si hacemos la relación entre sus ingresos y el PIB per capita, quedan en primer lugar de los países de la OCDE y segundo lugar en relación entre su dieta y el ingreso mínimo de cada país.
Pero volviendo a los ingresos nacionales, ganan casi 12 veces el PIB per capita de Chile y 40 veces...  si, leyó bien...  CUARENTA veces el ingreso mínimo.


Aún no sabemos como resultará esto ni en que va a terminar. Tampoco sabemos si nuestros "honorables" podrán dar el ancho a las expectativas y reaccionar a la molestia que genera la situación. Pero sería sano para un país pequeño que podamos aprender de experiencias comparadas y poder trabajar para ser un país como el que queremos, con los niveles de calidad en la educación que esperamos, con la salud que exigimos y con representantes que hagan su trabajo y ganen un buen sueldo por ello. No que se hagan ricos.