viernes, julio 25, 2008

Coyhaique...


No hay nada como bajarse de un avión (por la puerta de atrás, porque la manga se echó a perder) y respirar el aire puro de la Patagonia.
Llegué a Balmaceda un día muy bonito, sin nubes y mucho frío. Tomé un transfer a Coyhaique y me fui directo a la Oficina de mi hermana chica... (a ella le carga que le diga así) mmm digamos, menor. Me prestó su auto y me fui a ver a la Amanda. Después un asadito y al Pub...
Muchas caras conocidas, buena onda estar de vuelta. Los típicos borrachines buscando rosca, en fin. No ha cambiado mucho mi pueblo.
Día dos: Nos fuimos a almorzar a los Torreones, donde tiene el Lodge mi hermano. Otra vez un día maravilloso. Comimos un asado de cerdo-jabalí, muy rico, y nos quedamos hasta tarde.

Día tres: A almorzar a la casa de mi hermana Mayor. Hoy el día estuvo mas o menos, un poco nublado, pero sin mucho frío. Jugamos hasta a las naciones con los niños. En la noche el Paul, mi cuñado, hizo un asado en la chimenea de una vaquilla que mataron en el campo, y me tocó un pedazo de carne que te lo explico... Tratan bien a las visitas estos cabros oye...
Día cuatro: Fui a conocer la tienda de la Paula, que hace tejidos a telar de lana de alpaca, súper choros. Dimos vueltas varias por el pueblo para ver las novedades. En la noche hicimos comida china en la casa de la Paula.

Día cinco: Ultimo día, nadie se enoja. Pizzas en la casa de la Amanda. Hoy amaneció todo nevado y truncó mis planes. Yo quería ir a ver las ruinas de la casa donde viví toda mi vida, que se quemo hace algunos años, pero el campo esta lejos de la ciudad y mi hermana chica, que cooperó con el auto, le dio susto que fuéramos en él hasta el campo, por la nieve. Y como el auto es de ella, no fuimos. En fin. Para el próximo viaje será.

Día seis: El transfer llegó 25 minutos antes y me pillaron saliendo de la ducha, así que se dieron unas vueltas en el aire mientras metí todo lo que pillé así no mas a la mochila, incluido el saco de dormir, y listo.
Me fui muy triste de mi tierra.


Para despedirme de la Patagonia Chilena y subirme el ánimo, en Puerto Montt me fui a un McDonalds y me comí un cuarto de libra doble con queso.

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