miércoles, enero 22, 2014

Del campo a la ciudad...

Ayer  dio vueltas por internet una noticia sobre la empresa Manuka, de capitales Neo Zelandeses y avecindada en Chile, la región de los lagos desde el 2005. Según lo denunciado por un diputado de la República, se habría sacrificado 1500 terneros y enterrado sus cadáveres en un cementerio clandestino. Todo persiguiendo el fin de que los terneros no consuman leche de la producción del predio.
Podías leer en Twitter o Facebook los comentarios de personas que con horror condenaban la matanza, que es un abuzo de estos extranjeros, que estas cosas pasan solo en países del tercer mundo y porqué estos gringos hacen acá, lo que lógicamente en sus desarrollados y civilizados países, sería abo-luta-mente impresentable. Etc.
Pero la realidad es otra.
Las vacas lecheras que vemos en televisión. Si, esas de la magia del sur... o que salen en las cajas de leche, son blancas con machas negras (o todo lo contrario)… les suena? vieron en algún comercial terneros??
Esas vacas son Holstein, que es una raza de leche y pueden producir más de 30 litros de diarios. Pero como todos los mamíferos necesitan parir para poder producir leche. Para ello son inseminadas, muchas veces con espermios sexados para que nazcan la mayor cantidad de hembras posibles. Luego, si el productor va a criarlos, se les da calostro de la madre en mamadera y luego sustitutos de leche hasta que pueden comer pasto. Pero no maman de la ubre de la vaca ni una sola vez en sus vidas.
A las hembras se crían para ser reposición de las vacas lecheras viejas o las que por otras razones simplemente no sirven. Los machos se creían para venderlos a algún productor de carne. 

El problema es que al no ser una raza de carne, no ganan peso a las mismas tasas y requiere mucho más tiempo terminarlos, para ser llevados al matadero y nunca, nunca van a poder tener la misma calidad de carne que un Hereford o Angus.
Aquí llegamos a la polémica.
Supongamos que un productor tiene unas 500 vacas de ordeña en un campo de unas 700 hectáreas, imaginemos que 2/3 de sus vacas parieron y que cerca del 25% de los terneros fueron machos. Es mucho más fácil manejar la crianza y posterior venta de esos ochenta animales. Pero una hacienda de 22 mil 500 hectáreas, el volumen es distinto y no hay mercado para ello. No tenemos pradera para criar animales que no sirven. Que no producen. Que no aportan.
Todos los países productores de leche del mundo tienen el mismo problema. Por civilizados que sean. Algunos han desarrollado alguna industria con esos animales, como por ejemplo la producción de alimentos para perros o juguetes para mascotas. Otros simplemente se entierran en fosas comunes.

En Chile el SAG se encarga de supervisar que los animales sean sacrificados de la manera correcta y que dichas fosas sean tratadas de manera óptima para no tener problemas de insalubridad. En el caso de Manuka, según una entrevista en radio ADN al encargado del SAG en la X regíon, cumplen con toda las normativa vigente. No hay delito ni falta.

Toda esta polémica está dada por el impacto de la noticia a personas que viven lejos de los campos, que no están acostumbradas al concepto que para hacer tortilla hay que romper huevos.
Es mucho más fácil ir a un Supermercado a comprar sin saber los costos de producir lácteos, pollos, pavos, cerdos, corderos, huevos... en fin.