Ayer
dio vueltas por internet una noticia sobre la empresa Manuka, de
capitales Neo Zelandeses y avecindada en Chile, la región de los lagos desde el 2005.
Según lo denunciado por un diputado de la República, se
habría sacrificado 1500 terneros y enterrado sus cadáveres en un
cementerio clandestino. Todo persiguiendo el fin de que los terneros no
consuman leche de la producción del predio.
Podías
leer en Twitter o Facebook los comentarios de personas que con horror condenaban
la matanza, que es un abuzo de estos extranjeros, que estas cosas pasan solo en
países del tercer mundo y porqué estos gringos hacen acá, lo que lógicamente en sus desarrollados y civilizados países, sería abo-luta-mente impresentable.
Etc.
Pero la
realidad es otra.
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Esas
vacas son Holstein, que es una raza de leche y pueden producir más de 30 litros
de diarios. Pero como todos los mamíferos necesitan parir para poder producir
leche. Para ello son inseminadas, muchas veces con espermios sexados para que
nazcan la mayor cantidad de hembras posibles. Luego, si el productor va a criarlos, se les da calostro de la madre en mamadera y luego
sustitutos de leche hasta que pueden comer pasto. Pero no maman de la ubre de
la vaca ni una sola vez en sus vidas.
A las
hembras se crían para ser reposición de las vacas lecheras viejas o las que por
otras razones simplemente no sirven. Los machos se creían para venderlos a algún
productor de carne.
El problema es que al no ser una raza de carne, no ganan
peso a las mismas tasas y requiere mucho más tiempo terminarlos, para ser llevados al matadero y nunca, nunca van a poder tener la misma
calidad de carne que un Hereford o Angus.
Aquí
llegamos a la polémica.
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En
Chile el SAG se encarga de supervisar que los animales sean sacrificados de la
manera correcta y que dichas fosas sean tratadas de manera óptima para no tener
problemas de insalubridad. En el caso de Manuka, según una entrevista en radio ADN al encargado del SAG en la X regíon, cumplen con toda las normativa vigente. No hay delito ni falta.
Toda esta polémica está dada por el impacto de la noticia a personas que viven lejos de los campos, que no están acostumbradas al concepto que para hacer tortilla hay que romper huevos.
Es mucho más fácil ir a un Supermercado a comprar sin saber los costos de producir lácteos, pollos, pavos, cerdos, corderos, huevos... en fin.
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