Esto es inhumano. Debería ser ilegal venir a trabajar después de un fin de semana largo y... extremo.
Extremo... Comida extrema... bebida extrema... El hígado y compañía tienen que sentirse como el reparto de la película Jackass después de un día entero de grabaciones.
Bueno, no todo fue comer y tomar.
También fumamos.
Lo que nos faltó fue ir a una fonda. Más bien nos fundíamos en el campo con muchos kilos de carne, longaniza, chorizo, salchichas... esas costillas que vienen aliñadas... carbón... nos encumbramos cerveza, vino tinto, pisco y ron. Coca cola para acompañarlos y Sprite para la mañana siguiente. Hasta volantines o cometas encumbramos. Parejo, para no aflojar.
Además, le teníamos dos locales. Mi casa en el campo y la de mi amigo y compadre Pato, que vive en un campo también.
Lejos de Paquetes y sus alcotests... piola.
Partimos el 17 con la temporada de asados y sus "aliños". El 18 nos despertamos como a las 11 de la madrugada para ir a otra patita... después de almuerzo a un "bajativo" para preparar el ánimo para el asado de la noche.
El 19, asado familiar al campo del Pato con volantines. Todo el día en eso. Hasta la simba corrió con un volantín amarrafo a su collar. Después a la cama temprano.
El 20, una vuelta por el día a Bariloche a buscar un "encargo"... almorzamos en Villa la Angostura y de vuelta en casa, un asadito para bajar la pizza y la cerveza Argentina.
El 21, asado en lo de mi viejo, con varios amigos. Preparados con volantines y cometas, el único invitado que no llegó fue el viento. Y se truncó la fiesta.
Y quedamos raja... Todos.
La Simba, despúes de un día de locos.
1 comentario:
Jjajaja el 18 para todos es así....yo creo haber comido asado durante 7 días seguidos...y ni hablar de los bebestibles y demases...y si la vuelta a la vida normal fue trágica...
Saludos!
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