miércoles, julio 19, 2006

Una vuelta por el General Carrera


El último verano que pasé en Coyhaique fue el del año 98-99. Más adelante volvería, pero nunca más a vivir.
Había salido del colegio el 96, el 97 me fui a estudiar Ingeniería Civil a la Diego Portales en Santiago. Ese mismo año mi viejo se había ido a vivir a Osorno. Cuando decidí dejar la carrera, el papá me ofreció que si, trabajaba con él en Coyhaique viéndole sus cosas, me pagaría una segunda carrera. Así fué como volví a la Patagonia.
A fines de ese verano, con cinco amigos y mi hermana menor nos fuimos con mochilas a dar la vuelta al Lago General Carrera.
Dia 1: Partimos hacia Puerto Ibáñez, cruzamos el lago en una barcaza a Chile Chico y alojamos en un camping.
Dia 2: Haciendo dedo conseguimos que nos acercaran al parque nacional Jeinemeni, armamos campamento cerca de un rio que tendríamos que cruzar caminando, para llegar al lago que da su nombre al parque.
Dia 3: Al día siguiente cruzamos a pie y caminamos como 10 kilómetros hasta el parque y el lago. El lugar precioso, pero nos vimos atacados por nubadas de tábanos que, realmente, era para volverse loco. Almorzamos algo y nos volvimos al campamento. Aquí ya contamos con nuestra primera baja. Una de las integrantes del viaje se rompió un pie por caminar con los zapatos mojados y ya no podía caminar más. Entonces tuvimos que pedirle a un Guarda Bosques de CONAF que la llevara a caballo hasta el campamento. Y menos mal, porque el río que habíamos cruzado en la mañana producto de los deshielos había crecido varias veces, y no hubiera sido imposible cruzarlo a pie. El caballo sacó aplausos.
Dia 4: Caminamos un poco y nos llevaron de vuelta a Chile Chico. Nuestra herida había mejorado un poco, pero no mucho. Pero ahora teníamos que seguir a pie.
Le hicimos dedo a un minibus de una minera y nos llevó hasta Puerto Fachinal.
Yo Conocía a un gringo que vivía en Puerto Bertrand, donde nace el río Baker, y con el íbamos a hacer raffting. Entonces cuando nos dimos cuenta que nuestra compañera a penas podía caminar, nos conseguimos un teléfono público en Puerto Fachinal para avisarle que nos demoraríamos un día más de lo planeado, y el, en un acto heroico para nosotros, nos fue a buscar.
Dia 5:El Baker nos esperaba con su color turquesa y su fuerza de costumbre. Luego de la charla de rigor de Jonathan nos subimos al rafft y partimos. Fue una jornada increíble. Si bien los rápidos son cortos, la fuerza y belleza del río hace de la bajada algo espectacular. Para cuando llegamos al take out nos esperaba otro gringo, Timoteo, con un asado al palo mortal para terminar la jornada.
Es necesario mencionar, que de los 7 viajeros, éramos solo dos hombres. Y nuestras compañeras de viaje, todas, murieron de amor por nuestro guía.
Dia 6: Con los ánimos repuestos, iniciamos la vuelta. Muy cerca de Puerto Bertrand está la pasarela el desagüe del General Carrera, donde paramos unas horas a sacar fotos y nos vamñamos en las frías aguas. Se me ocurrió saltar del puente. Al principio todos pensaron que era un chiste. Pero después que saltamos los hombres, la Daniela también saltó, y con dolorosas consecuencias. La idea, obviamente es saltar parado,
como son cerca de 12 metros de altura, tienes que estar muy loco para tratare de tirarte un piquero, no? Ella en cambio, con un salto tremendamente femenino cayó sentada. No paso nada grave, pudo salir nadando sola. Pero le quedo un sexy moretón... pero es otra historia.
Luego de unos saltos más, partimos ya el viaje final hasta Coyhaique.
Una buena manera de terminar un verano.

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