Partimos en el bote del lago Rupanco, bajando por el río Rahue hasta Cancura. La idea era hacerlo en dos tandas, acampando al medio.
Día uno, todo perfecto. El río muy bonito, paramos a bañarnos en un lugar increíble, encontramos
otro fantástico para acampar. Armamos la carpa, descargamos los coolers con la comida, hicimos un arroz en la cocinilla a gas mientras en la fogata nos entreteníamos con unas salchichas asadas en unos palitos. Cómo cuando cabros chicos.
Más tarde a la carpa.
Día dos, todo mal.
Para empezar, amanecí con un fuerte dolor de espaldas. y Llovía.
Tomamos desayuno adentro de la carpa y esperamos que pasara la nubada. Cuando pasó, levantamos el campamento, cargamos el bote y nos fuimos.
Nos llovió a ratos.
Llegamos a cierto punto del río donde hay una curva y un saltito, cuando me estoy acomodando para pasar entre una piedra y un palo, se me salió un remo de la chumancera. Entonces sólo alcancé a enderezar el bote para Chocar con el palo. Pasamos por arriba de el y se sintió un fuerte crujido y un glú glú... Fue tan rápido que ni nos alcanzamos a asustar.
Teníamos un forado en el fondo del bote. Pude poner el remo un su lugar y llegar a la orilla más próxima. Desembarcamos ahí. Rápidamente amarré el bote a un árbol, para que no se hundiera y pudiera sacar las cosas. Maquina de fotos, celular, sacos de dormir, equipo completo de camping.... Lo salvamos todo. Menos al McKenzie.
Mi pobre bote dio su ultimo viaje.
Salimos caminando entre una selva de murras, maquis y coligues hasta un camino, donde por suerte encontramos señal de celular y llamamos a la casa para que nos vengan a buscar.
Así terminó nuestra aventura.
Tres horas antes y sin bote.
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