En primer lugar, nadie sabe nada de lo que pasa. Por las noticias vemos a un atado de encapuchados tirando piedras a unos pacos de fuerzas especiales con cascos y escudos que se ven completamente fuera de lugar. Vemos que queman casas y galpones. Pero los que vivimos relativamente lejos, no sabemos lo que ocurre, que quieren, que hace el estado al respecto si es que hace algo, quienes son víctimas y quienes victimarios.
El tiempo pasa, la cosa no termina y nos olvidamos. Una vez cada tanto vuelve a salir en las noticias, pero ya no nos importa mucho, ya no es tema.
Pero insisto, ¿Qué es lo que pasa ahí realmente??
Sin saber leer ni escribir uno puede ver una serie de cosas.
Para empezar, el pueblo Mapuche lleva muchos años pidiendo una solución a una serie de asuntos que los aquejan. Pero más allá del problema de fondo, que si tienen o no razón en su petitorio, queda claro un manejo deficitario por parte de los distintos gobiernos en la búsqueda de soluciones. Hace mucho ya que el estado de Chile espera a que los problemas revienten antes de tomar acciones, en vez de tratar de evitar las crisis, las esperan sentados. El problema es que entonces, ya las posturas son más extremas y más duras, por lo tanto mucho más difíciles de ser solucionados, sin considerar los costos políticos que ellos significan. ¿Pero si las autoridades no nos dan boleto? ¿Qué hacemos? Si pedimos soluciones y nadie nos pesca, ¿Qué? Los partidos políticos nos imponen a los candidatos y, aunque no votes por ellos, salen electos igual.
Pero tampoco es aceptable que grupos de ciudadanos, ya sean Mapuches o no, se organicen para realizar ese tipo de atentados contra las personas. Porque en el momento en que atacan casa y las queman, se encapuchan para no ser reconocidos son, completa y absolutamente un grupo de terroristas, con todas sus letras. También hay que considerar que atacan a personas que no son culpables de nada. Muchos de ellos son propietarios legales de sus tierras por varias generaciones y no son culpables de nada. Y muy importante también, no son todos los Mapuches. Uno tiende a generalizar, pero son un par de pelotudos no más. Cómo los del Lumpen en Santiago.
Todo esto hace impresentable que después de 9 o 10 años de ataques, en algunos casos mucho en más, el estado Chileno no haya podido hacer algo al respecto. Han permito que esto se les escape de las manos y miran para otro lado. Pero hay que hacer algo, por ejemplo… nuestras fuerzas armadas están para protegernos de enemigos externos o internos y si un grupo de compatriotas no quieren entender por la razón, deberían entender por la fuerza, como reza nuestro emblema nacional. Si no nos entendemos por las buenas, entendámonos por las malas. Pero entendámonos.
Eso sí, no hay que olvidar que hemos llegado a este extremo por culpa de la ineficiencia del estado en el manejo de no sólo esta, si no que de prácticamente todas las situaciones complicadas.
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