Las personas sin hogar, siempre pueden ser bienvenidos en el hogar de cristo, donde los espera una cama y un plato de comida caliente. Otros pueden, eventualmente, ser salvados por un alma caritativa que le puede dar trabajo o las herramientas para salir adelante. Además está el papá fisco que, en algún momento tendría que hacerse cargo de ellos creando un ministerio o algo así que les encanta a los políticos, que además crea empleos y cupos para que se repartan entre los partidos.
Pero los pobres perros corren con desventaja.
Yo creo que la solución para perros vagos es, primero crear un registro único de perros, apoyados con el club de perros, de los criadores y coordinado por el SAG, por un tema de cobertura. Luego, con perreras que se ocupen de atrapar a los perros vagos en las ciudades y puedan contactar a sus dueños y devolver a los perros perdidos. Aquí tendría que existir un sistema como en los seguros de los autos, que cuando se te pierda el perro des aviso a carabineros y te entreguen un papelito. Sin el certificado aquel, debería existir una multa o un parte a los dueños, por parte de un Juez de Policía Local.
A aquellos que no tienen dueño, una buena campaña de adopción que nos permita crear conciencia en las personas y sea una opción, como lo es en otros países, de adquirir y elegir una mascota crecida, ahorrándote la lata de criar un perro; de la séxtuple, la óctuple, las gotitas, enseñarle a no hacerse en la casa, a no comerse los muebles, a no cagarse en tu cama o en tu sillón. Los perros grandes aprenden eso en una tarde y los recogidos son, eternamente, más fieles, leales, inteligentes y agradecidos.
Perros vagabundeando por las ciudades son un foco de infecciones para las personas y para otras mascotas. Además hay otros que muerden y pueden transmitir enfermedades. Yo he visto que incluso generan accidentes de autos. Hace poco vi un choque donde un perro que corría al lado de un auto tratando de morder las ruedas desconcentró a la mujer que manejaba y chocó de frente con un poste, para no atropellarlo. Otros rompen las bolsas de basura que se dejan en las calles para ser recogidas en busca de comida. Sin ni siquiera pensar en los distintos males que los aquejan; perros heridos, que sobreviven atropellos y si quedan vivos se curan solitos no más, a la que te criaste.
A mi me encantan los perros y tengo tres, mis viejos dos y mi hermano mayor que vive en un campo en Coyhaique tiene más de veinte. (Harto más) Tiene unos para trabajar con animales o mover ganado, otros para cazar faisanes y otros tantos para cazar jabalíes. Creo que cómo sociedad debemos hacernos cargo de los perros “huérfanos” y agotar todas las posibilidades. Pero una vez en ese caso, debemos hacernos cargo también. Si nadie los quiere adoptar, nadie va a pagar por sus comidas y vacunas. Entonces tenemos que tener una opción terminal.
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